Menos que humanos
por Jasmina Tesanovic (Junio 2009)
La semana pasada la televisión de Bosnia emitió una serie de videos privados del criminal de guerra más buscado del mundo, el serbobosnio Ratko Mladic. El video escandalizó al mundo, incluso a nosotras, esas pocas en Serbia que no vivimos en la negación.
Nosotras somos aquellas que creen más en sus ojos que en sus dirigentes, aquellas que creen en los hechos más que en la ideología, aquellas que creen que la paz sólo puede llegar a través de la justicia. Y cuando digo las pocas de nosotras, me refiero a las activistas, las abogadas defensoras de los derechos humanos, las familias de las víctimas de Mladic, y aquellas personas que, sin desearlo, de una manera u otra, se cruzaron en el camino del General escondido.
Recuerdo, hace unos años, a un joven activista por los derechos humanos que se dedicaba diariamente a buscar criminales de guerra. Se encontró varias veces con Mladic mientras compraba en la panadería. Mi joven amigo dejó su trabajo. La impotencia de la policía y el sinsentido de la política hicieron que su vida no tuviera sentido.
A menudo se citaba al criminal de guerra como un héroe del pueblo serbio. En concentraciones políticas, se ofrecía una camiseta con su retrato. Era una figura mítica, el héroe serbio había jurado suicidarse antes que entregarse al Tribunal de La Haya.
¿Estaba escondido en las montañas, en las cuevas, en los bosques de su Bosnia? ¿Estaba escondido en las mazmorras del ejército serbio en Belgrado? ¿De verdad estaba escondido?
Hace dos años, dos soldados de servicio fueron encontrados muertos cerca de estas prisiones militares secretas. La explicación oficial fue dudosa: o se habían matado el uno al otro o habían cometido suicidio. Lo que se supo después fue que supuestamente habían visto el escondite de Mladic. Este caso es todavía un sospechoso misterio, desde entonces los padres y los activistas de derechos humanos lo están investigando sin descanso. Hace algún tiempo, las personas acusadas de haber ayudado a Mladic a esconderse en Belgrado han sido absueltas por un tribunal serbio, oficialmente por falta de pruebas. Vi como salían de los juzgados, contentas y dando voces, mientras los testigos eran intimidados y amenazados.
Y ahora aparecen estos videos caseros: Mladic ha envejecido, pero obviamente no en un escondite. Se encuentra entre nosotros, viviendo una vida normal en un barrio reconocible de Belgrado. No parece perseguido, sino protegido.
Hace menos de un año, otro criminal de guerra, Radovan Karadzic, fue detenido en Belgrado: disfrazado bajo la apariencia de un gurú de la medicina alternativa mística, Dragan Dabic. Después de su arresto circularon muchas fotos y pistas por Belgrado: especulando con la idea de que Mladic podría estar disfrazado de vendedor ambulante, podría ser esa persona retirada que está en el parque, o incluso una mujer. Pero estos videos dispersan estos rumores: el video más actual muestra a Mladic con un bastón, jugando divertido con bolas de nieve. Estas imágenes confirman los rumores de que ha tenido un ataque, y que esta secuencia es tan reciente como el invierno de 2008.
Mirando estos videos caseros, tan aburridos e inocentes como son todos los videos familiares, se siente que algo está profundamente malo. Estamos mirando al criminal de guerra más buscado en el mundo, que ejecutó a sangre fría, en tres días, a 8.000 personas sólo porque eran de etnia musulmana y estaban en el lugar equivocado: eran ganado, menos que humanos, como les decían los soldados.
Ante la mirada de la cámara se comporta como si nada hubiera ocurrido. Es un simple hombre de familia. Mladic acurruca a su nieto recién nacido con palabras cariñosas. Abraza a su querida y siempre presente mujer y a su devoto hijo. Llora sobre la tumba de su hija, que se suicidó con su arma favorita. El horror del inmenso crimen que cometió se hace incluso más grande. Este hombre con emociones e ideas no dudó en liquidar a poblaciones enteras, sin explicaciones, sin vacilaciones. Mladic fue considerado un héroe por todo eso. En estos videos caseros, puedes ver esta fe en sus heroicas acciones. Está rodeando por amigos de la familia e incluso por algunos políticos de su régimen.
Esta gente habla mi idioma, tiene el lenguaje corporal de mis familiares de Herzegovina, pero no expresan lo que pienso. Sinceramente, me parecen locos. Pero en la política real cotidiana, su presencia es una sombra sobre Serbia. Hacen que la vida diaria en Serbia parezca insana.
En estos días, la Comunidad Europea está prometiendo a Serbia un nuevo régimen de visado. Una de las principales condiciones para que Serbia ingrese en la Unión Europea es que detenga a Ratko Mladic. La emisión pública de estos videos coincide con estas nuevas conversaciones políticas. Es difícil de creer que esta coincidencia en el tiempo sea un hecho fortuito.
Quizás estamos cercándolo, quizás no hay otra forma para decirle a los serbios que Mladic no es un superhéroe del pueblo serbio, sino un viejo hombre tambaleante, un personaje cuya banalidad es clásicamente demoníaca.
Nosotras somos aquellas que creen más en sus ojos que en sus dirigentes, aquellas que creen en los hechos más que en la ideología, aquellas que creen que la paz sólo puede llegar a través de la justicia. Y cuando digo las pocas de nosotras, me refiero a las activistas, las abogadas defensoras de los derechos humanos, las familias de las víctimas de Mladic, y aquellas personas que, sin desearlo, de una manera u otra, se cruzaron en el camino del General escondido.
Recuerdo, hace unos años, a un joven activista por los derechos humanos que se dedicaba diariamente a buscar criminales de guerra. Se encontró varias veces con Mladic mientras compraba en la panadería. Mi joven amigo dejó su trabajo. La impotencia de la policía y el sinsentido de la política hicieron que su vida no tuviera sentido.
A menudo se citaba al criminal de guerra como un héroe del pueblo serbio. En concentraciones políticas, se ofrecía una camiseta con su retrato. Era una figura mítica, el héroe serbio había jurado suicidarse antes que entregarse al Tribunal de La Haya.
¿Estaba escondido en las montañas, en las cuevas, en los bosques de su Bosnia? ¿Estaba escondido en las mazmorras del ejército serbio en Belgrado? ¿De verdad estaba escondido?
Hace dos años, dos soldados de servicio fueron encontrados muertos cerca de estas prisiones militares secretas. La explicación oficial fue dudosa: o se habían matado el uno al otro o habían cometido suicidio. Lo que se supo después fue que supuestamente habían visto el escondite de Mladic. Este caso es todavía un sospechoso misterio, desde entonces los padres y los activistas de derechos humanos lo están investigando sin descanso. Hace algún tiempo, las personas acusadas de haber ayudado a Mladic a esconderse en Belgrado han sido absueltas por un tribunal serbio, oficialmente por falta de pruebas. Vi como salían de los juzgados, contentas y dando voces, mientras los testigos eran intimidados y amenazados.
Y ahora aparecen estos videos caseros: Mladic ha envejecido, pero obviamente no en un escondite. Se encuentra entre nosotros, viviendo una vida normal en un barrio reconocible de Belgrado. No parece perseguido, sino protegido.
Hace menos de un año, otro criminal de guerra, Radovan Karadzic, fue detenido en Belgrado: disfrazado bajo la apariencia de un gurú de la medicina alternativa mística, Dragan Dabic. Después de su arresto circularon muchas fotos y pistas por Belgrado: especulando con la idea de que Mladic podría estar disfrazado de vendedor ambulante, podría ser esa persona retirada que está en el parque, o incluso una mujer. Pero estos videos dispersan estos rumores: el video más actual muestra a Mladic con un bastón, jugando divertido con bolas de nieve. Estas imágenes confirman los rumores de que ha tenido un ataque, y que esta secuencia es tan reciente como el invierno de 2008.
Mirando estos videos caseros, tan aburridos e inocentes como son todos los videos familiares, se siente que algo está profundamente malo. Estamos mirando al criminal de guerra más buscado en el mundo, que ejecutó a sangre fría, en tres días, a 8.000 personas sólo porque eran de etnia musulmana y estaban en el lugar equivocado: eran ganado, menos que humanos, como les decían los soldados.
Ante la mirada de la cámara se comporta como si nada hubiera ocurrido. Es un simple hombre de familia. Mladic acurruca a su nieto recién nacido con palabras cariñosas. Abraza a su querida y siempre presente mujer y a su devoto hijo. Llora sobre la tumba de su hija, que se suicidó con su arma favorita. El horror del inmenso crimen que cometió se hace incluso más grande. Este hombre con emociones e ideas no dudó en liquidar a poblaciones enteras, sin explicaciones, sin vacilaciones. Mladic fue considerado un héroe por todo eso. En estos videos caseros, puedes ver esta fe en sus heroicas acciones. Está rodeando por amigos de la familia e incluso por algunos políticos de su régimen.
Esta gente habla mi idioma, tiene el lenguaje corporal de mis familiares de Herzegovina, pero no expresan lo que pienso. Sinceramente, me parecen locos. Pero en la política real cotidiana, su presencia es una sombra sobre Serbia. Hacen que la vida diaria en Serbia parezca insana.
En estos días, la Comunidad Europea está prometiendo a Serbia un nuevo régimen de visado. Una de las principales condiciones para que Serbia ingrese en la Unión Europea es que detenga a Ratko Mladic. La emisión pública de estos videos coincide con estas nuevas conversaciones políticas. Es difícil de creer que esta coincidencia en el tiempo sea un hecho fortuito.
Quizás estamos cercándolo, quizás no hay otra forma para decirle a los serbios que Mladic no es un superhéroe del pueblo serbio, sino un viejo hombre tambaleante, un personaje cuya banalidad es clásicamente demoníaca.
Jasmina Tesanovic
15 de junio de 2009
Traducción del inglés: María Palomares Arenas Cabral, MdN Barcelona
Se pueden ver las imágenes del video en:
Images-de-Mladic-en-cavale