Nos sobrecoge el enorme retroceso que se está produciendo en nuestro país en cuanto a derechos civiles, un país al que se le llena la boca con la palabra democracia pero que utiliza métodos punitivos arcaicos para aplastar cualquier opinión política que difiera de la del Gobierno. Los hechos de los últimos tiempos se enmarcan en un contexto generalizado de aumento de la represión y falta de libertad de expresión que siembran peligrosos precedentes para el futuro.
Para nosotras la política es comunicación, negociación, conciliación. Las actuaciones de los poderes políticos están en el extremo opuesto: prisión preventiva, falta de garantías, amenazas de largas condenas, aplicación de la ley antiterrorista… ¿Es esto lo que entendemos por política?
El encarcelamiento no conduce a ningún camino de diálogo, sino todo lo contrario. Judicializar la política es achicarla, máxime cuando existen evidencias de que el sistema judicial no es plenamente independiente. Sostenemos que se están usando métodos represivos para silenciar cualquier disidencia y atemorizar a la población civil, lo que nos parece más peligroso y doloroso que la actuación violenta de la policía, que tampoco debemos olvidar.
Como antimilitaristas nos oponemos a resolver los conflictos dentro de un sistema represivo que utiliza la fuerza, la reclusión y la violencia.
Nos asusta el lenguaje que se viene utilizando en muy diversos ámbitos, incluidos los medios de comunicación, con la intención de crear un “enemigo” del todo inexistente. Es intolerable que se trate a la población catalana de golpista o traidora, que nos expresemos en términos tan decadentes -y maliciosos- como rebelión o sedición.
Las mujeres no somos enemigas. El Estado que actúe en este sentido no nos representa y no puede actuar en nuestro nombre.
Para nosotras la política es cuestión de toda la sociedad. Apelamos a que la sociedad se exprese con libertad y tome parte activa en todos los procesos políticos. Por eso queremos mostrar nuestro apoyo a la población civil catalana que se manifiesta pacíficamente contra las actuaciones abusivas de represión y criminalización.
Es necesario que ambos gobiernos trabajen en la construcción de políticas públicas al servicio de una desarrollo sostenible y de la paz.
Mujeres de Negro contra la Guerra – Madrid