Objeción Fiscal a los Gastos Militares. (Desobediencia, COVID y muchas más balas)


En la Declaración de la Renta haz Objeción Fiscal al Gasto Militar


   Como todas las primaveras, en estas fechas nace una de las flores de la desobediencia civil: la objeción fiscal a los gastos militares. Y florece ahora porque es el tiempo en que pagamos parte de nuestros impuestos a través de la Declaración de la Renta, el temido IRPF. Cierta cantidad -nada despreciable- de esos impuestos se dedican al sostenimiento de todo el complejo militar, desde las maniobras con fuego real en la Reserva Natural de las Bardenas Reales de Navarra, a las misiones de las Fuerzas Armadas en el exterior (17 misiones en 4 continentes, con un presupuesto de 758 millones en 2020). Y, no olvidemos, a la exportación de armamento que luego se utiliza contra Yemen.

     Podríamos pararnos a pensar sobre la efectividad de un tanque frente a una pandemia de efectos mundiales. El concepto de “Defensa” se ha quedado constreñido a las Fuerzas Armadas que nos protegen de amenazas externas, cuando en realidad las amenazas vienen de otro sitio. Mejor defensa sería reforzar el sistema inmunitario de las personas y del planeta, con sólidos Servicios Públicos.

      [ En 2020, en un solo año, más de 30 mil millones de euros se destinaron en España a gasto militar y de control social (https://www.grupotortuga.com).

    [  En nuestro país se ha estimado en torno a 61 mil millones de euros el gasto para paliar los efectos del Covid-19 sobre las familias y empresas, calculado entre los años 2020 a 2023.

     Ante esto, podemos adoptar una postura activa de desobediencia civil, que lejos de ser un acto ilegal se convierte en un derecho, pues se desobedece ante una ley injusta.

   La campaña de Objeción Fiscal a los Gastos Militares, que lleva en marcha más de 38 años, nos impulsa a ejercer la no colaboración con el entramado militar de una manera pública y colectiva. Sólo hay que “desviar” el camino de nuestros impuestos militares hacia otro destino más ético. Ese destino puede ser el colectivo o la organización que cada una elija, aquel que consideremos que sí ayuda en la defensa del planeta y de las personas.

           

Esta vez no vamos a pedirle nada a los Gobiernos, te lo pedimos directamente a ti:

 Cualquier persona puede hacer la Objeción Fiscal, haya cotizado o no, tenga nómina o no. Cualquiera puede mostrar su rechazo al gasto militar, detrayendo del presupuesto armado aunque sea sólo 1 euro.

 Todos los sencillos pasos de esta campaña de noviolencia activa pueden encontrarse en la siguiente página: https://objecionfiscal.info/

 Finalmente, se trata de hacerla pública, por eso enviamos una carta a la Agencia Tributaria exponiendo los motivos de nuestra objeción de conciencia.

 En la campaña 2020, al menos 258 personas objetoras desviaron 18.088 euros hacia 92 proyectos alternativos.



No se trata sólo de cambiar de lugar unas cantidades de dinero.

Ejercer la Objeción Fiscal es una experiencia transformadora que nos ayuda a modificar nuestra responsabilidad sobre las consecuencias de las guerras.

Si desmilitarizas tus impuestos, se desmilitariza el mundo

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