NI DÓCILES NI SUMISAS NI CALLADAS


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En diciembre de 2020
Mujeres de Negro contra la guerra - Madrid
Invitamos a reflexionar:


NI DÓCILES NI SUMISAS NI CALLADAS

Para mí es esencial moverse siempre, desde la cultura patriarcal de la guerra,
hacia una cultura feminista y una visión de Paz

Annelise Ebbe



Durante el año 2020, las Mujeres de Negro hemos expresado nuestra opinión sobre diversos temas de actualidad que nos han parecido especialmente importantes. Queremos despedir este año haciendo un breve repaso de los mismos y enfocando el futuro con peticiones renovadas.

Hemos querido manifestar nuestro compromiso con la Educación para la Paz, que nos sigue pareciendo un tema de plena actualidad, porque lo consideramos imprescindible para la construcción de una sociedad justa, que reduzca las desigualdades, que se cuide a sí misma y que ofrezca vías noviolentas para regular los conflictos. Formarnos en estas habilidades y practicar estas herramientas es fundamental para todas las personas, especialmente, las más jóvenes, que son nuestro futuro.

Las reivindicaciones feministas del 8 de marzo de 2020 se aglutinaron en torno a un grito que nos sigue conmoviendo y no queremos que se deje de escuchar:

Tampoco nos cansamos de denunciar la perversión del lenguaje militarista para tratar emergencias sanitarias y sociales. En la comunicación y más allá de ella, las formas y los procesos importan, porque también aportan contenido al mensaje, dirigen nuestra mirada, eligiendo qué aspectos resaltar y cuáles invisibilizar. Una pandemia no es una guerra.

La crisis sanitaria y social desencadenada por la propagación del Covid-19 ha puesto de manifiesto nuestra vulnerabilidad y dependencia. Necesitamos una sociedad que ponga la vida en el centro y apueste por una política de cuidados; trabajar por un medio ambiente sano y unos servicios públicos de calidad, especialmente en educación y sanidad; revalorizar los cuidados y dotar a estas tareas del prestigio que se merecen; dejar de invertir recursos en actividades encaminadas a destruir la vida, como la industria militar, para poder dedicarlos al cuidado de las personas y del entorno.

Nos negamos a colaborar con el racismo y la xenofobia. Rechazamos las políticas de odio y discriminación, y el racismo institucional de exclusión y rechazo a lo diferente. No queremos dejar a nadie atrás. Queremos promover una solidaridad activa con las personas que traspasan fronteras en busca de refugio, considerándolas una parte integral de nuestras sociedades. Desde el respeto a los Derechos Humanos y a través de nuestras prácticas noviolentas, queremos tejer redes de mujeres por encima de las fronteras, las etnias e ideologías. Solidaridad es superar fronteras.

Nuestras hermanas de Women in Black Armenia iban a acogernos en la ciudad de Erevan para un encuentro de la Red Internacional de Women in Black en la primavera de 2020, encuentro suspendido por el Covid-19. Llevaban varios años preocupadas y avisando por el aumento de la tensión militar en la zona, y en septiembre empezó una nueva guerra. Queremos apoyar y dar voz a la juventud, a las personas comprometidas y pacíficas que buscan nuevas alternativas a la solución del conflicto, tanto en Armenia como en Azerbaiyán. Creemos que la paz actual todavía está muy lejos de ser una situación pacífica estable y justa, por lo que seguimos pidiendo ¡Paz en el Cáucaso Sur!

La violencia ejercida contra las mujeres no solo se produce en situaciones de conflicto armado declarado. Alcanza a todas las mujeres y en todas las situaciones, incluso en su propia casa. Según la ONU, la violencia contra las mujeres ha aumentado durante la pandemia del Covid-19. La prevención y la eliminación de la violencia contra las mujeres debe ser una prioridad social y como tal debe reflejarse en los planes de respuesta ante las emergencias. Además, lanzamos un llamamiento a todas las mujeres para rebelarnos juntas contra las violencias que nos encontramos en nuestras vidas.


Para afrontar mejor el 2021 deseamos y necesitamos una sociedad más solidaria y empática. Por eso, las Mujeres de Negro, con nuestra mirada desde el feminismo y la noviolencia, pedimos:

Que las personas que ocupan cargos de representación política prioricen los intereses de la población por encima de los intereses de los partidos políticos a los que pertenecen, y muestren respeto por lo diferente.

Que las personas que dirigen las instituciones públicas utilicen los recursos para el bien común, justificando y explicando las decisiones que toman y haciendo públicas las cuentas, porque su trabajo no se dirige solo a quienes les votaron sino a toda la población y los recursos que manejan no son suyos sino de toda la sociedad.

Que los medios de comunicación y todas las personas con alta visibilidad en ellos, especialmente representantes políticos, dejen de contribuir a la polarización social y se comprometan a no mentirnos ni manipular el lenguaje.

Que no nos dejemos polarizar, que nos neguemos a construir enemigos.

Que alimentemos las iniciativas de paz que proponen reducir los gastos militares y las lógicas militaristas represivas para dedicar más recursos a cubrir las necesidades sociales y construir una convivencia sólida e inclusiva.

Que pongamos los cuidados en el centro, porque los cuidados sostienen nuestras vidas.

Que dejemos de maltratar el planeta para poder seguir viviendo en él por varias generaciones más.


Como dice nuestra compañera Annelise Ebbe, de Women in Balck Denmark:

Para nosotras es esencial moverse siempre, desde la cultura patriarcal de la guerra, hacia una cultura feminista y una visión de Paz.

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