Activistas por la Paz


CONVOCATORIA 26 febrero 2017: ¡PAREN DE HACER LA GUERRA!

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El 26 de febrero de 2017, último domingo de mes
En la Plaza Mayor (junto al caballo), a las 12 horas
Mujeres de Negro contra la guerra – Madrid
Invitan
a una concentración de negro y en silencio.

¡Paren de hacer la guerra!

Mujeres de Negro continuamos denunciando en el 2017 todo militarismo y las guerras porque no garantizan un desarrollo humano justo y sostenible. No creemos en la lucha armada porque perpetúa la ley del más fuerte, y manifestamos que:

♀ Se deben tomar medidas urgentes para acabar con el comercio de armas que alimenta la violencia y los conflictos que asolan a la humanidad.

♀ Apoyamos los objetivos de la campaña “Abriendo fronteras” y exigimos al gobierno y a los parlamentos Español y Europeo, que se cumplan los instrumentos internacionales en materia de Derechos Humanos y el estatuto del refugiado, y por tanto se cubran todas las necesidades de las personas que piden asistencia y protección.

♀ La gestión de frontera de los estados está promoviendo políticas migratorias represivas que conllevan muerte, estigmatización y marginalización de colectivos víctimas de políticas exteriores ejercidas por los propios países de destino. Medidas que consideramos racistas y xenófobas y son un paso más hacia el fascismo

♀ Es urgente y necesario dar cobertura política a los activistas, agentes de paz, y los valores que guían sus actitudes de tolerancia, comprensión, solidaridad y empatía.

Nos unimos a las acciones que se desarrollen contra la feria HOMSEC

Expulsemos la guerra y la violencia
de la historia
y de nuestras vidas

C/ San Cosme y San Damián, Nº 24, 2º, 28012 – Madrid

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¡PAREN DE HACER LA GUERRA!

Mujeres de Negro continuamos denunciando en el 2017 todo militarismo y las guerras porque no garantizan un desarrollo humano justo y sostenible. No creemos en la lucha armada porque perpetúa la ley del más fuerte.

Vivimos un proceso de fracaso colectivo a la hora de resolver conflictos: nuevas amenazas y emergencias. Una crisis mundial de refugiados, el aumento de la militarización social, la barbarie del terrorismo y su política del miedo, que se extienden y provocan una polarización y una demagogia política muy peligrosa.

Hay guerra en Siria, una situación que parece no tener fin tras seis años de combates que han producido miles de muertos, millones de desplazados, y miles de niños y niñas desaparecidos. Los últimos atentados en Turquía parecen el preludio de más violencia futura. Afganistán vive en continuos enfrentamientos armados de violencia sectaria. En Sudán del Sur se vive con violencia étnica. La guerra en Yemen es una catástrofe humanitaria con millones de personas al borde de la hambruna. La República Democrática del Congo vive en violencia generalizada, corrupción endémica y amplias zonas asoladas por la guerra.

Aumentan las tensiones entre Estados Unidos y México, por las promesas de construir un muro en la frontera y la expulsión de personas del país hospedador. El Actor más poderoso en el escenario mundial trae una incertidumbre desestabilizadora.

Europa vive en una deriva con la desintegración del proyecto europeo, el desmantelamiento social, la falta de un proyecto político distinto al de cerrar las fronteras, y el resurgimiento de nacionalismos y la xenofobia. Una Europa en la que la sociedad civil no tiene voz, no puede actuar, no puede hacer nada, y en la que la falta de transparencia de los gobiernos es brutal con respecto a las personas que huyen del conflicto armado.

España es un gran exportador de armas, el 7º del mundo. En marzo Madrid servirá de punto de encuentro entre comerciantes de armas y agentes que se benefician del negocio de la guerra. El salón HOMSEC dará cobertura al proceso de securitización en la agenda nacional e internacional. Un salón profesional enfocado a la Seguridad Nacional, de un país geoestratégico en su relación con Iberoamérica, África y Oriente Medio. Este tipo de eventos fomentan la cultura de la guerra y el conflicto, y modelos de seguridad represivos y centrados en amenazas militares sobre la integridad territorial y política de los Estados. Estas iniciativas solo contribuyen a recortar derechos y libertades en pos de una falsa y manipulada idea de seguridad.

Mujeres de Negro de Madrid contra la guerra manifestamos que,

Apoyamos los objetivos de la campaña “Abriendo fronteras” y exigimos al gobierno y a los parlamentos Español y Europeo, que se cumpla con los instrumentos internacionales en materia de Derechos Humanos y el estatuto del refugiado, y por tanto se cubran todas las necesidades de las personas que piden asistencia y protección.

La gestión de frontera de los estados está promoviendo políticas migratorias represivas que conllevan muerte, estigmatización y marginalización de colectivos víctimas de políticas exteriores ejercidas por los propios países de destino. Medidas que consideramos racistas y xenófobas y son un paso más hacia el fascismo.

Se deben tomar medidas urgentes para acabar con el comercio de armas que alimenta la violencia y los conflictos que asolan a la humanidad. Consideramos positivo que el Ayuntamiento de Madrid no apoye el salón de armamento HOMSEC.

Es urgente y necesario dar cobertura política a los activistas, agentes de paz, y los valores que guían sus actitudes de tolerancia, comprensión, solidaridad y empatía.

Nos unimos a las acciones que se desarrollen contra la feria HOMSEC

Más fotos de este día pinchando aquí.


CONVOCATORIA 27 noviembre 2016: LA PAZ DE COLOMBIA ES DEL PUEBLO

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El El 27 de noviembre de 2016, último domingo de mes
En la Plaza Mayor (junto al caballo), a las 12 horas
Mujeres de Negro contra la guerra – Madrid
Invitan
a una concentración de negro y en silencio:

LA PAZ DE COLOMBIA ES DEL PUEBLO

Queremos alzar nuestra voz para reclamar:

El proceso de paz en Colombia debe continuar porque la Paz es imparable.

Una paz sin discriminazión, sin racismo, sin pobreza, en democracia.

Deben tenerse en cuenta las voces de la sociedad civil, grupos activistas, comunidades y personas que llevan trabajando por la paz desde hace muchos años con una perspectiva feminista y antimilitarista

Hay que desmilitarizar el proceso de paz, que no debe dejarse en manos de todos los actores armados que han propiciado la guerra.

Solicitamos a la Comunidad Internacional y a las Naciones Unidas que continúe el acompañamiento al proceso de paz.

Expulsemos la guerra y la violencia
de la historia
y de nuestras vidas

C/ San Cosme y San Damián, Nº 24, 2º
28012 – Madrid

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LA PAZ DE COLOMBIA ES DEL PUEBLO

Después de 50 años de guerra -aunque no declarada como tal- con más de 250.00 muertos y 6 millones de desplazados, la paz de Colombia también debe pertenecer al pueblo.

Alcanzar la paz es un proceso largo y difícil que no debe detenerse en ninguno de sus pasos. Entre ellos reconsiderar el referéndum en el que el No a la paz ha ganado por un margen muy escaso. Y debe tener presente el sufrimiento y la violencia sufrida por la población civil, especialmente por los y las defensoras de los Derechos Humanos y activistas por la paz que han sido víctimas de amenazas, secuestros y asesinatos.

Nosotras queremos que se tengan en cuenta las voces que surgen desde la sociedad civil, grupos activistas, comunidades y personas que llevan trabajando por la paz desde hace muchos años con una perspectiva feminista y antimilitarista:

El proceso de paz no puede dejarse sólo en las manos de quienes han propiciado la guerra (las distintas guerrillas y el gobierno; e incluso los grupos paramilitares que nadie menciona). Hay que desmilitarizar el proceso de paz dando mayor participación a los actores no armados. La paz implica también la desmilitarización social, porque el que mató tiene el fusil en la mente.

Deshacer la lógica de la guerra no es una victoria de unos sobre otros, es un beneficio para todos.

Hay que sacar el proceso de paz de las posiciones políticas y electoralistas que intentan demostrar quién tiene más poder. Se debe contar con todos, tanto los partidarios del no como los del sí.

Reconocer el proceso de La Habana, sus avances y logros, y dar a conocer lo que cada parte ha cedido.

Rechazar el retorno a la guerra, el alto el fuego debe ser definitivo para alcanzar una paz sin discriminación, sin racismo, sin pobreza, en democracia. ¡La Paz es Imparable!

Mantener el proceso de paz con la óptica de la Justicia Transicional, que incluye el reconocimiento del daño cometido por todas las partes armadas, la reparación de los daños a las víctimas y su participación en el mismo proceso.

Tener en cuenta las experiencias constructoras de paz y otros proyectos locales que se han mantenido firmes en su deseo de paz durante el conflicto: las comunidades de paz, como San José de Apartadó; las múltiples iniciativas feministas y populares; las iniciativas afrocolombianas de paz y el movimiento de objetores de conciencia.

El proceso de paz debe incluir la perspectiva de los derechos humanos de las mujeres y las niñas, así como mantener los acuerdos que ya se han recogido en materia de enfoque de género. Es necesario construir la paz desde la perspectiva de las mujeres, descentralizando el poder, eliminando las prácticas patriarcales y militaristas, y buscar nuevas estrategias creativas, culturales, artísticas, ancestrales y pedagógicas. Las mujeres son importantes en el proceso porque inciden en la cultura de la noviolencia, de la reconciliación y de la convivencia como valores centrales de la sociedad.

Solicitar a la Comunidad Internacional y a las Naciones Unidas que continúe el acompañamiento al proceso de paz.

Nos negamos a aceptar la guerra como el destino de nuestros hijos e hijas.
Las mujeres y las niñas declaramos que la paz también es nuestra.”
(Ruta Pacífica de las Mujeres)

Artículos relacionados que nos han parecido interesantes:
Actitudes hacia la paz, nuevo consenso y La Habana, de Carlos Martín Beristain
ETA y las FARC o las lecciones del acuerdo colombiano, de Reyes Mate
Colombia: las paces desde una perspectiva antimilitarista latinoamericana, de Pelao Carvallo
Las mujeres y las niñas declaramos que la paz también es nuestra


CONVOCATORIA 28 febrero 2016: Por la desmilitarización, 27 años de insumisión

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El 28 de febrero de 2016, último domingo de mes
En la Plaza Mayor (junto al caballo), a las 12 horas
Mujeres de Negro contra la guerra – Madrid
Invitan
a una concentración de negro y en silencio:

Para avanzar en
el camino de la desmilitarización y la paz,


en el 27 aniversario del movimiento de Insumisión


Mujeres de Negro de Madrid contra la guerra decimos

Queremos alzar nuestra voz para reclamar:
Protección y apoyo para las activistas de paz en cualquier lugar del mundo.
Libertad para las presas y presos por la Paz.
Derecho a la Objeción de Conciencia a las estructuras militares.
Desobediencia civil frente a los conflictos armados.
Que no se recurra a las armas y al militarismo para solucionar los conflictos.

Expulsemos la guerra y la violencia
de la historia
y de nuestras vidas

C/ San Cosme y San Damián, Nº 24, 2º
28012 – Madrid

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Para avanzar en
el camino de la desmilitarización y la Paz

El pasado 20 de febrero se cumplían 27 años del movimiento de Insumisión. En aquel día de 1989 57 insumisos acudieron a los juzgados para declarar que no estaban dispuestos a prestar el Servicio Militar Obligatorio ni la Prestación Social Sustitutoria. Estos jóvenes se enfrentaban a penas de más de 2 años de cárcel, pero a pesar de esto y de las duras críticas que sufrieron al principio, poco a poco consiguieron un impresionante respaldo social que hizo del movimiento de Insumisión en España un caso único en el mundo.

Esta campaña de desobediencia civil se extendería hasta el año 2002, cuando fueron liberados de la cárcel los últimos insumisos a los cuarteles. La mili había dejado de ser obligatoria, pero la insumisión a los cuarteles pretendía poner el foco sobre el objetivo final de la Insumisión: la desaparición total de los ejércitos, de la industria militar, de la producción y comercio de armamento y, en definitiva, del pensamiento militarista como regulación de los conflictos.

En estos años 20.000 jóvenes se declararon insumisos públicamente, en torno a cuatro mil fueron juzgados y más de un millar encarcelados. Miles de familiares, amigos y compañeras de trabajo o estudios apoyaron y difundieron la desobediencia a los ejércitos. Muchas personas más se implicaron en diversos colectivos que desde entonces propagan el derecho colectivo a no tomar las armas y a enfrentarse a las guerras de forma noviolenta.

Aunque en ningún país se ha repetido un fenómeno similar, hoy existen presos y presas de conciencia a las instituciones militares en diversos lugares del mundo: desde Finlandia a Turkmenistán, como desde Ucrania a EEUU. Algunos ejemplos más relevantes son:

Armenia: Testigos de Jehová detenidos por negarse a realizar un servicio alternativo.

Azerbaiyán: presos acusados de traición por actividades en favor de la paz y la reconciliación con Armenia.

Corea del Sur: al menos 635 objetores de conciencia en la cárcel. Muchos de estos presos son Testigos de Jehová.

Eritrea: por eludir el reclutamiento o desertar del servicio nacional. Existe el reclutamiento de niños y niñas para las fuerzas armadas.

Israel: desde colectivos muy diversos las y los jóvenes se niegan a prestar el servicio militar o a actuar militarmente en los territorios ocupados de Palestina.

La India: por denunciar la Ley de Facultades Especiales de las Fuerzas Armadas.

Turquía: los objetores de conciencia al servicio militar son procesados por deserción.

Estos son sólo algunos de los datos recogidos por La Internacional de Resistentes a la Guerra (IRG) y Amnistía Internacional. Apenas existen noticias de otros países respecto a personas presas por motivos de objeción de conciencia al ejército, de insumisión o deserción. Pero sí conocemos la existencia de movimientos de noviolencia en diversas regiones. Las llamadas “primaveras árabes” fueron protestas pacíficas de la sociedad civil contra las dictaduras y a favor de los derechos humanos. En Iraq, en Siria, en Egipto, en Turquía, en Palestina, y en tantos otros lugares, los movimientos de noviolencia se han visto sepultados o invisibilizados por la actuación violenta de ejércitos y facciones militares.

Por eso queremos alzar nuestra voz para reclamar:

Protección y apoyo para las activistas de paz en cualquier lugar del mundo.

Derecho a la objeción de conciencia a las estructuras militares.

Desobediencia civil frente a los conflictos armados.

Libertad para las presas y presos por la Paz.

Que no se recurra a las armas y al militarismo para solucionar los conflictos.